viernes, 1 de mayo de 2015

Actividad 2.1. Relaciones entre familia y escuela

Laura Romero García
Relaciones familia y escuela

Desde sus orígenes la escuela y la familia han estado contradiciéndose en muchas ocasiones,  la escuela se ha constituido en una institución modernizadora en oposición a una familia que inculca valores tradicionalistas.

¿Qué falla en la familia y la escuela para que haya fracaso escolar?

 


Muchos cambios afectan a la familia y a la escuela, años atrás la familia era inmutable, predecible y controlable, a ser cambiante, impredecible y desconcertante (Hernández Prados, 2005). Hemos pasado de una familia compuesta por un padre, una madre, e hijo/s, a familias compuestas por parejas homosexuales, familias creadas por la unión de dos familias resultado, por ejemplo, de divorcios y que alguno de los padres haya encontrado otra pareja y alguno de los dos, o ambos tengan hijos.
Realmente los nuevos tipos de familia no tiene por qué influir en la educación de sus hijos, pero si lo es que no exista un marco de referencia que guíe y eduque a los hijos, pues se están perdiendo las antiguas creencias, los valores vividos, y la educación recibida a la hora de educar a la generación actual. (Aguilar Ramos, 2002.). Las familias tradicionales educaban de una manera mucho más autoritaria, por lo que ahora, los padres que fueron educados con un modelo autoritario, buscan lo contrario para sus hijos, buscan una educación más liberal, no tan rígida, en la que pueden perder autoridad sobre sus hijos. 
Esto es algo que considero que influye bastante, pues he visto muchos casos de padres demasiados permisivos, y que sus hijos fracasan en sus estudios, no tienen respeto por nada, y que en ocasiones me da vergüenza ajena la forma en la que se enfrentan a sus padres y estudios, pero habría que culpar a los padres demasiado permisivos, no a las nuevas familias como padres homosexuales.
Sobre la incorporación de la mujer al trabajo, no supone realmente un problema que influya directamente en la educación de los hijos, pero afecta a la incompatibilidad de horarios, ya que en muchas ocasiones los niños se ven sin sus padres en casa cuando llegan del trabajo, lo que obliga a que los niños asistan a clases particulares, actividades extraescolares, o programas escolares que se encargan de tener a los niños en el colegio hasta media tarde, y que sus padres salgan de trabajar, y es ahí realmente donde está el problema, en que los niños pasan demasiado tiempo entre profesores, enseñando cosas nuevas, haciendo diferentes cosas, cuando lo que los niños deberían hacer es estar con alguno de sus padres en casa, descansar, jugar, y dedicar su tiempo a los deberes. 

Sin embargo, si los niños se encuentran haciendo actividades que directa o indirectamente tienen que ver con la escuela, no dedican el esfuerzo que corresponde a cada tarea, y acaban cansándose de “estudiar”, y contamos con que los niños asisten a la escuela desde los 3 años hasta los 16 obligatoriamente, por lo que esa permanencia, esa obligatoriedad, y tantos años, cansan a los alumnos, pues siempre se repite lo mismo, día tras día, curso tras curso.
En cuanto a la escuela, la educación obligatoria, no discriminatoria, pública y gratuita desde el  siglo XX, no ha sido inmune a los cambios. Los maestros afirman  que la educación ha ido empeorando desde la implantación de la LOGSE, y que algunos profesores no se adaptan a las nuevas exigencias profesionales.
Volviendo al tema de la incorporación de la mujer al mundo laboral, hay que resaltar la nueva labor de los profesores, y es que ya no sólo deben cumplir su labor de instruir a los alumnos, sino que tiene que hacer función de padres en muchas ocasiones.
Es cierto que algunos padres no se involucran demasiado en la educación de sus hijos, y dejan todas las responsabilidades en la escuela. Los padres demandan un sistema educativo de calidad, que preparen a sus hijos para el desenvolvimiento profesional adecuado, que se lleve un verdadero trabajo en equipo del profesorado, que los contenidos curriculares estén orientados a formar ciudadanos cultos y crítico, que se cambie la metodología, que se adapte a los cambios sociales y familiares, y que se consolide la democracia educativa, pero ¿Pueden lograrlo los profesores? La mayoría de ellos se encargan de instruir a los alumnos transmitiendo conocimientos, y pautas de comportamiento. Pero lo hacen de la manera que ellos consideran correcta, y no se corresponde con la época, y características contextuales, por lo que se fracasa en la escuela, ya que ni los profesores entienden a los niños, ni los niños a los profesores, y esto es algo que se ve muy a menudo. Tratan de enseñarte cosas que realmente no son útiles en la actualidad, quizá en la época en la que ellos fueron instruidos era lo correcto, pero ahora están pasados de moda y realmente no fomentan el interés de los niños hacia el estudio, y eso es algo que desgraciadamente ocurre hasta en la universidad. Deberían o modernizar a esos profesores, o sustituirlos por otros nuevos, ya que no saben enfrentarse a la nueva diversidad que hay en la escuela, ya que nos podemos encontrar niños de diversidades étnicas, escolarizaciones a mitad de curso, heterogeneidad a nivel cognitivo y actitudinal, problemas de autoestima, conflictos escolares, etc..

Para superar los problemas a los que se enfrenta la escuela, y que la escuela resuelva los problemas que quieren los padres, estos deberían involucrarse en la educación de sus hijos más de lo que lo hacen. Hay padres que se involucran y participan directamente en la educación de sus hijos, se incorporan al consejo escolar, crean organizaciones como el AMPA… Pero lo mínimo sería asistir las reuniones de padres, a las tutorías grupales e individuales, simplemente para estar informados, pero hay otros padres que no participan en ninguno de los ámbitos, por lo que podemos suponer que no se interesan demasiado por la educación de sus hijos, o confían demasiado en la escuela, y depositan todas sus responsabilidades en ella.
Creo que es malo que los padres se involucren demasiado en la escuela, porque quizá sus exigencias no pueden cumplirse como ellos quieren, y para los profesores también debe hacerse pesado, pues recuerdo a la madre de un compañero que quería estar siempre en todo, y en realidad acababa molestando a profesores y alumnos, pero  también lo es que no se preocupen nada y no muestren interés ni por sus los resultados académicos de sus hijos.

Como conclusión final, la familia pese a sus cambios debería mantenerse más firme en cuanto a la educación de sus hijos, y castigar cuando sea necesario, obligarle a hacer los deberes, y cumplir sus necesidades en ese aspecto, y no simplemente porque tengan malos recuerdos de su niñez y el comportamiento de sus padres, deben despreocuparse de sus hijos y dejarles toda la libertad del mundo,  y que realmente ese es el problema.
En cuanto a la escuela, el problema es que toda la falta de autoridad y de control que muestran los padres hacia sus hijos, lo asumen los profesores, que lo aplican a su época, que en ocasiones coincide con cómo educaban a los padres de estos niños, por lo que ese contraste, ese desfase, es el que hace que los niños choquen tanto con los profesores, y acaben odiando la escuela.
Por lo tanto, deberían sustituirse a muchos profesores, y que estos traten de hablar y comunicarse con los padres, para que lleguen a un consenso, y compartan las tareas en la educación de los más pequeños, para que no recaiga todo el peso en uno de los dos sectores.


BIBLIOGRAFÍA
Feito, R. (2010). Familias y escuela. Las razones de un desencuentro. Educación y futuro, 20, 87-107. 
Hernández, Mª Ángeles y López, H. (2006). Análisis del enfoque actual de la cooperación padres y escuela. Aula abierta, 87, 3-26


No hay comentarios:

Publicar un comentario